El cuerpo humano está compuesto en más de un 60% de agua. Pero quizás para algunas este dato no sea tan representativo y sea otra famosa bebida la que resuene más como componente vital de su organismo y su rutina: el café.
Y es que, si bien el agua es un elemento fundamental, el café se ha vuelto para muchos todavía más esencial. Según datos publicados por la agencia Statista, en Estados Unidos, esta bebida es en promedio, más consumida que el agua. Por otra parte hay estudios que muestran que hoy en Inglaterra —un país reconocido por su predilección por el té— es el café la elección más popular.
Pero esta preferencia por el café no es inocua sino todo lo contrario. El café es el elemento psicoactivo más consumido en el mundo. Gracias a su alto contenido en cafeína produce un efecto estimulante altamente buscado por muchos de los adeptos al café.
Los efectos inesperados
Elegir una taza de café en la mañana, después del almuerzo o, incluso, en la tarde no es simplemente un tema de gustos. En la mayoría de los casos, al hacerlo, buscamos precisamente ese efecto energizante de una taza de café que otras bebidas no tienen. Sin embargo, existen otros efectos que esta sustancia puede generar en el organismo, más allá de los buscados.
El Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos de Salud Mental DSM V de la Asociación Americana de Psiquiatría, ha reconocido como una condición psiquiátrica el trastorno de ansiedad inducido por consumo de cafeína. En estos casos, la persona experimenta síntomas de ansiedad causados por el consumo de cafeína tales como insomnio, alteraciones del ritmo cardíaco y un persistente sentimiento de intranquilidad o temor.
En este mismo sentido, investigadores del Royal College of Psychiatrists confirmaron a través de una investigación que, tomar café en exceso no solo produce síntomas ansiosos sino que agrava la condición en quienes ya padecen un trastorno.
Como un círculo vicioso, el café en exceso, nos atrapa. El estudio del Royal College of Psychiatrists confirmó que la cafeína produce insomnio, disminuyendo la calidad y cantidad de horas de sueño, pero al mismo tiempo, es la sustancia a la que más comúnmente recurrimos cuando nos sentimos agotados producto de su efecto energizante.
Dado que la relación entre cafeína y ansiedad ha sido ampliamente demostrada el consumo de café debe ser moderado y consciente de todos los efectos que produce. No solo los positivos. Los especialistas recomiendan una dosis de cafeína diaria equivalente a una taza de 200 ml. Y en el caso de los suplementos o bebidas energéticas, la recomendación es evitarlos o solo consumirlos cuando sean indicados por profesionales.
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