Cuando se acerca el fin de año es inevitable no dejar de reflexionar acerca de qué hemos aprendido, qué pudiéramos haber hecho mejor, qué queremos lograr en este nuevo año y dejar atrás del que recién se va. Si bien la reflexión es un paso importante previo para realizar los cambios, ya que nos da la claridad y la conciencia de las situaciones, la clave es tener una actitud y auto-motivación al cambio; a querer hacer de nuestra vida lo que nosotras queremos que sea y tomar las riendas de ella, más que quedarnos en las meras reflexiones que tienen una connotación de nostalgia y estancamiento.
Personalmente ha sido un año de mucha reflexión tras la espera de mi tercer hijo lo que de cierta forma te lleva a la calma y a la introspección, a bajar el ritmo y comprender que tienes otro corazón latiendo dentro tuyo… Hoy más que nunca he aprendido que darse tiempo para uno es algo tan importante para estar bien con nosotras mismas y que a muchas mujeres lamentablemente nos cuesta llevarlo a cabo debido a la culpa, el exceso de trabajo o simplemente la falta del hábito de hacerse el tiempo al disfrute, el ocio y la tranquilidad.
Si bien la edad es sólo un número, considero que los 30 y 40 años son una etapa muy demandante en varios términos para nosotras las mujeres; Para las que trabajamos es una de las décadas claves de consolidación y crecimiento profesional o bien para emprender un nuevo proyecto, para las que estamos casadas de “afiatar” el matrimonio que suele ser reciente o si ya lleva años volcamos nuestro esfuerzo en “refrescarlo” y que no se pierda el encanto, para quienes se han separado el pararse, reinvertarse y comenzar de nuevo, para las que somos mamás de criar a nuestros hijos con templanza, respeto y amor y por supuesto entregarles todo el tiempo que esto implica… Y muchos otros roles más que requieren mucha dedicación independiente de nuestro estado civil o si tenemos o no hijos. Es por todo esto que muchas mujeres – y me incluyo – se sienten muy demandadas no sólo por las funciones que hay que cumplir, sino peor aún por las propias expectativas y estereotipos que cada una crea y el entorno en estas facetas.
Recientemente leí un articulo, no recuerdo bien el medio, pero que sí me hizo mucho sentido, sobre algunos consejos de los orientales para vivir nuestra vida más liviana y sin tanta auto-exigencia que me hizo mucho sentido y me invitó a reflexionar sobre muchas cosas del día a día.
Es por esto que hoy, víspera de Año Nuevo quiero compartir con ustedes algunas de esas reflexiones para que este 2017 implementemos la actitud del cambio, de movilizarnos hacia un estadio en el que queremos estar y decretemos en forma positiva lo que queremos para nuestra vida. Como siempre, no pretendo cambiar la vida de nadie ni tener la fórmula de la sabiduría, sino aportar con mi pequeño grano de arena a que todas las mujeres nos sintamos más plenas y felices.
1. Encuentra apoyo:
Tener buenos amigos y seres queridos que puedan ayudar y apoyar activamente en situaciones difíciles es muy importante. Cultiva tus relaciones y sé selectiva a la hora de seleccionar a tu círculo más íntimo. La vida en soledad o de un ermitaño se pierde toda la riqueza de las relaciones sociales. Siempre digo… Los buenos amigos son un regalo para el alma.
Es fantástico ser independiente y auto-suficiente, pero también es aún más maravilloso el dejarse contener y “descansar” sobre alguien que nos quiere. La clave es equilibrar ambas cosas y como siempre en la vida – y tal como decía Platón – no caer en ninguna de los dos extremos y encontrar el “Justo Medio”.
2. Ámate y acéptate por completo:
Hay una consigna que es clave “Después de que aprendas a amarte puedes también amar y aceptar a otras personas” Esto – y mis clientas lo sabrán – es algo en lo que hago mucho hincapié en mis sesiones de Consultoría de Imagen. Amarte y aceptarte te permite relacionarte sanamente con los demás. Acéptate, quiérete y no seas tan dura contigo misma.
3. Vive para ti y luego para los otros:
Puede sonar en primera instancia algo egoísta pero es absolutamente todo lo contrario. Gran parte de la vida de muchas mujeres la han dedicado a cuidar o a preocuparse de los demás sin dejar tiempo para ellas. Si bien esto puede ser muy gratificante, no me cabe duda que contribuye a hacer de la vida mucho más complicada de lo que en realidad podría ser. Recuerda, nunca podrás hacer felices a todos los que te rodean por eso empieza a hacer cosas que te hagan feliz a ti, y tu vida será mejor. De esta forma darás el 100% tuyo a los demás y a la vez te sentirás mucho más satisfecha con tu vida, no tanto desde el deber o lo que tengo que hacer, sino desde el gozo, del querer.
4. Olvídate de las expectativas:
Todas desde pequeñas crecemos con expectativas hacia la vida que lamentablemente con el paso de los años muchas veces se van haciendo menos flexibles y se confunde el real sentido y propósito de nuestro existir. Por ejemplo, tener un “lindo” matrimonio, varios hijos, viajar por el mundo, la anhelada casa propia, una carrera atractiva y desafiante, etc. Y por supuesto, si alguna de ellas no se cumple – o se cumple a medias – caemos en un estado de frustración y disconformidad que deriva en amargura o infelicidad.
Mi consejo: Intenta dejar atrás todas las expectativas que te has auto-impuesto! Una vez hecho eso puedes empezar a pensar en tu vida sin esperar nada de otras personas, de las circunstancias y empezarás a vivir más libre el aquí y ahora. Es por lejos lo más liberador que he aprendido en mi vida. No es fácil, pero hay que al menos intentar ponerlo en práctica.
5. Vive para trabajar pero no trabajes para sobrevivir:
Si pudiera mencionar una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, fue dejar atrás 8 años de mi carrera laboral en una multinacional y dedicarme a lo que me apasiona. No fue fácil y por supuesto obtuve el apoyo de mis “otros significativos” que me empujaron hacerlo, pero sobre todo una certeza interna que me decía que estaba haciendo lo correcto. Hoy me declaro absolutamente agradecida de poder hacer lo que me gusta, apasiona de haber tomado con determinación esa decisión y “haberme” escuchado, lo cual sólo puede lograrse a través de darse el espacio de la auto-reflexión.
Con lo anterior no pretendo impulsar a que intentes renunciar a tu actual trabajo o escapar de tu vida actual – lo mío es sólo un ejemplo de un cato concreto- sino inspirarte en empezar a hacer aquello que te hace vibrar y que te encanta; Puede ser un hobbie, retomar algún arte, estudio o deporte, explorar cosas nuevas que jamás imaginaste llegar a hacer y dejarte sorprender y asombrar por la vida… El realizar cualquier actividad que te haga sentir plena se traducirá en una mejora de tu calidad de vida, te sentirás no sólo más contenta, sino que al ser y estar más feliz nuestras relación con el mundo y los otros es más saludable.
6. No te compares:
Hace muchos años entendí que el hecho de compararte no cambiará nada en tu vida. Siempre habrá alguien mejor que uno y la verdad es que hace varios años que lo he aceptado… Por qué? Porque me quiero, me acepto tal cual soy, estoy conforme conmigo misma y lo que me rodea, pero sobre todo agradezco todo lo que tengo en mi vida. La envidia no forma parte de mi esquema de vida y eso pasa principalmente porque estoy plena con mi propia existencia.
Hay una frase que me gusta mucho… “El pasto de al lado no siempre están verde”. A veces creemos que la vida de los otros es perfecta y la de nosotras un desastre. Las redes sociales hacen mucho de eso ya que muestran tan solo “el lado lindo de la vida” Nadie sube a Facebook o Instagram los malos entendidos con el jefe, el desencuentro con el novio o marido, la cara con ojeras por insomnio o mal dormir, las pataletas de los niños, nuestras ganas de llorar y muchas cosas más…
Un consejo; en el momento en que sientas que empezarás a compararte con alguien enfoca tu pensamiento en lo agradecida que estás por lo que tienes, y de esa manera obtendrás algo bueno de lo que hubiera podido llegar a frustrarte o deprimirte.
7. Ahorra, pero disfruta el aquí y ahora:
Mucha gente pasa su vida entera ahorrando para el “futuro”. Efectivamente me parece algo prudente ya que la vida cambia constantemente y puede darte una buena cantidad de sorpresas, por eso ahorrar en caso de dificultad o para nuestra vejez es algo correcto e inteligente. No obstante eso no significa que debas restringir el darte gustos y utilizar tus ingresos en algo más allá de lo funcional (pagar cuentas, casa, colegios, salud, etc). Salir a comer a un rico restaurant, comprarse algo lindo que hace tiempo teníamos en mente, darse un rico masaje en la peluquería… en fin, se me ocurren muchas cosas que nos hacen la vida más placentera y que no son grandes lujos ni tampoco destruirán nuestras finanzas.
8. Aprender a decir “No”:
Siempre me había sido muy difícil decir que no, ya que quería decir que sí y así intentar complacer a todo el mundo, pero eso es imposible. Cada vez que decía ”no“ intentaba justificarme o explicar la situación, como dando entender que era algo inaceptable o mal educado el negarse a hacer o decir algo. El aprender a decir que no con empatía, respeto y sentido común te libera y te hace más consecuente contigo mismo. Hoy digo que no sin problema y soy mucho más feliz… Y la gente honesta valora esa franqueza.
9. No perdamos la capacidad de asombro:
Vivimos en un mundo en el que es difícil desconectarse del celular, el computador y simplemente disfrutar la vida “per se”. Sé que no es fácil. pero intentemos volver a conectarnos con la naturaleza, a disfrutar de la inocencia de los niños, a contemplar un lindo atardecer, o incluso a re encantarnos con regar el pasto y cuidar nuestro jardín. No se trata de llevar esto a cabo todos los días, pero sí ha establecer hábitos de desconectarse de lo digital en algunos momentos del día y aprovechar esta instancia para reencontrarse con la magia de la simpleza de muchas cosas que nos entrega la vida.
10. Entrega y no esperes nada a cambio:
Ya sea a través de ser voluntaria, hacer obras de caridad o sencillamente ayudar a un amigo o familiar cercano que esté en una situación difícil. Realmente no conozco nada más gratificante en esta vida que el poder ayudar y contribuir con nuestro pequeño grano de arena. No tengo dudas que si cada una diera un poquito de sí misma viviríamos en un mejor entorno y más felices. Si aún no lo has experimentado te invito a hacerlo… No tiene que ser nada muy rebuscado, muchas veces la necesidad y la carencia esta frente a nuestros ojos.
“Les deseo a cada una de ustedes un maravilloso comienzo de año, dejar atrás todo aquello que les impide avanzar y abrirse al cambio, a que se reencuentren con ustedes mismas y hagan de su vida más plena.
A su vez aprovecho desde ya el maravilloso apoyo que siento de cada una de ustedes, mis fieles lectoras ya que no hay nada que me alegre más que saber que puedo ser un pequeño aporte en nuestras ajetreadas vidas. Muchos cariños a cada una y que tengan una linda celebración de Año Nuevo!”