Sin duda los lamentables acontecimientos ocurridos en nuestro país estos últimos días no pueden dejar indiferente a nadie. Ante la complejidad y la incertidumbre que nos rodea en Chile, muchas personas hoy manifiestan reacciones producto de ello, tal como es el estrés, sensación de preocupación, pérdida de control y confianza, temor, insomnio, angustia y ansiedad.
A pesar de la adversidad, o debido a ella, inicialmente debe asumirse que cualquier respuesta emocional es totalmente normal ante una situación anormalmente abrumadora, de hecho – en lo concreto – es una respuesta adaptativa. No obstante, la preocupación, la incertidumbre e incluso la falta de sueño pueden afectar nuestra conducta y decisiones del día a día sin que apenas nos demos cuenta o estemos conscientes de ello.
El solo hecho de leer la palabra crisis, genera agobio. Algunas son inevitables, forman parte del crecimiento personal y emocional de las personas. A pesar de todo el dolor que conllevan, sin duda son una tremenda oportunidad para reinventarnos y re-establecer nuestras prioridades. Hacer un cambio completo de paradigma.
¿Angustia o Ansiedad?
La angustia es un estado emocional que incluye la pena, la tristeza y puede afectar a cualquier persona. Al igual que la ansiedad, puede ser una respuesta ante un peligro. La ansiedad es una respuesta adaptativa o evolutiva que permite al ser humano sobrevivir como especie. Es la que nos pone en “situación de alerta” ante un peligro inminente y es un estado que muchos de nosotros estamos sintiendo en estos momentos.
“Una crisis se desarrolla cuando el individuo está expuesto de forma directa o indirecta a un evento peligroso o estresante, donde los recursos o capacidades del sujeto se ven sobrepasadas, es decir; la persona no sabe cómo reaccionar ante una situación determinada, experimentando una sensación de vulnerabilidad e inestabilidad”.
La exposición prolongada a eventos violentos puede causar manifestaciones físicas como dolores de cabeza, de estómago y malestar general. Ante realidades tan duras, es saludable tomar distancia por unos momentos de la situación, lo que no quiere decir divorciarse de los asuntos que ocurren alrededor, sino sólo tomar un mini “break”.
Hay que hacer el esfuerzo por entender que tomar un descanso, ya sea leyendo, viendo películas, compartiendo con amigos, no nos hace mejor o peores ciudadanos, es una forma de auto-cuidado personal.
Alejarse es una forma de resguardarse, preservar espacios de normalidad en la rutina dentro de la crisis es una forma de cuidarnos. No es recomendable estar todo el tiempo involucrado en la situación de crisis, ni tampoco es sano alejarnos y vivir ensimismados sin considerar el contexto que nos rodea.
Es importante entender que ante un mismo estímulo cada uno lo procesa desde su realidad y contexto. Por ejemplo al ver el noticiario, hemos evidenciado durante estos días hechos concretos de actos vandálicos, abuso y violencia, entre otras cosas…
Y es que, aunque dos personas tengamos ante nosotras el mismo estímulo, las dos estaremos viendo, algo distinto; Porque ver, no solo depende del estimulo, sino también de la interpretación que hagamos de él y esa interpretación se hace en función de la experiencias que hayamos tenido a lo largo de nuestra vida.
Las claves para calmar la ansiedad
Aquí van 5 recursos muy útiles para poder manejar la ansiedad con tus propios recursos.
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Dosifica la cantidad de información que manejas diariamente. «No es saludable pasar muchas horas en las redes sociales buscando información acerca de lo que ocurre, mantente informado pero no te sobreexpongas».
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Verifica que las fuentes de información de la que dispones sean fidedignas, páginas confiables. «No caigas en rumores que solo aumentan la sensación de incertidumbre y el caos».
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Trata de preservar espacios en tu rutina que te hagan sentir bien. «Sabemos que no es fácil pero realizar actividades como ver películas, estudiar, hacer ejercicio son factores protectores».
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Encuentra un espacio para conversar sobre cómo te sientes con tus personas de confianza.
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Respeta la opinión y la postura de otros. Experimentar rabia, tristeza e indignación en situaciones así es normal y valido pero es importante modular la forma en que expresas esas emociones.
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Busca ayuda profesional si sientes que la situación se está saliendo de control.
(Fuente Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano de la UCAB)
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Otras acciones que son de gran ayuda:
- Hacer actividades que sabes que te ayudan a relajarte como respirar profundo, estirarte, meditar o rezar, pasear a tu mascota o hacer deporte.
- Tomar un descanso entre actividades estresantes y hacer algo que te entretenga después de realizar alguna tarea difícil.
- Realizar actividades que disfrutas, como leer, escuchar música o hablar con un familiar o amiga.
- Salir a caminar en algún lugar tranquilo o que te brinde paz.
- Conversar sobre la experiencia y sentimientos con tus seres queridos y amigos si eso te ayuda.
- Mantener la esperanza y pensar positivamente; considera escribir un diario donde anotes aquello por lo que te sientes agradecido o lo que está saliendo bien. Registrar lo positivo tiene un impacto muy beneficioso en nuestra vida.
Pero no olvides que si sientes que la situación se sale de control, debes buscar ayuda especializada. Los psicólogos y psiquiatras están preparados para acompañarte en estos procesos y guiarte para resolverlos.
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