Habías escuchado alguna vez la terminología “Power Dressing“? Bueno, para todas aquellas que aún no están familiarizadas con este concepto, este hace mención al poder de nuestro vestuario para definir a una persona y a su posición. No se trata de vestir únicamente con grandes firmas de diseñador o presumir de ciertas marcas, sino todo lo contrario. Apunta a utilizar la ropa como clave y estrategia de imagen pública.
Este concepto se remonta a los años 80’s donde el vestuario en el mundo de la política y los negocios adquiría cada vez más importancia y era símbolo de estatus y poder. En un ambiente muy machista y masculino, las mujeres intentaban abrir paso vistiendo trajes dos piezas, muchas hombreras y cortes estructurados.
Hoy en la actualidad, los políticos y figuras públicas utilizan este recurso a diario. Un ejemplo que siempre destaco y me gusta mucho es el de Letizia quien recién proclamada Reina, asistía a sus nuevos compromisos sociales con el mismo sobrio traje azul marino de Felipe Varela que ya le habíamos visto lucir hasta en tres ocasiones anteriores. Lo anterior por supuesto no fue al azar. La intención tras esto era transmitir un mensaje de austeridad, pragmatismo y “buen” uso de los recursos. Esto, en comunicación política es lo que se llama Power Dressing.
Otro caso que también es fiel reflejo de esta tendencia es el de Michelle Obama. Ella es la reina del “high low dressing” o en español el mezclar prendas de diseñador con otras marcas más masivas, como por ejemplo combinando una chaqueta de Alexander McQueen jacket con una falda de JCrew. Ella utiliza colores y muestra sus curvas. No tiene miedo a destacar, al contrario.
No obstante, este fenómeno hoy es cada vez más común en el mundo laboral, donde ejecutivas, directoras y profesionales acuden en búsqueda de asesoría para redefinir y realzar su posición en el mundo a través del vestuario. De banal tiene muy poco, todo lo contrario. Nos habla de una mujer con determinación, carácter y metas claras. Es inevitable tener una imagen y dado que es parte de nuestra vida debemos tener en cuenta el papel clave que juega como vehículo transmisor de un mensaje… “A mejor imagen, mayor influencia” y esta frase donde cobra más peso sin duda es en el mundo laboral, político y de los negocios.
Dicho esto… Cuáles son las prendas clave?
Hoy el traje 2 piezas ya está considerado una apuesta segura o comodín. Hoy las mujeres en el mundo laboral son más sofisticadas y no tienen miedo en expresar su estilo y femineidad. Vestir de gris, negro o azul marino ya no es la regla. Hoy incluir colores fuertes y estampados floreados sí están permitidos. Pero atención, no es tan siempre como parece. Esta técnica “respira” seguridad y auto-confianza, la cual se despliega a través del vestuario, así que ten en mente estos dos aspectos clave antes de combinar tus looks.
Un punto que es muy importante en el Power Dressing son los colores y el calce. Me atrevo a decir que ahí recae toda la “ciencia”. Cortes bajo la cadera, faldas muy cortas o shorts y blusas apretadas son algunos ejemplos de aquellas prendas que debemos evitar si lo que queremos es transmitir un mensaje profesional y sofisticado. A su vez no debe lucir fingido o “maqueteado”. No hay nada peor que una mujer “disfrazada” o que se note mucho que está tratando de aparentar algo que no es. La gracia en el Power Dressing es que debe lucir absolutamente natural en ti, algo así como una segunda piel.
Conoce las 5 claves de los “Nuevos Elementos para el Power Dressing”
1. La Chaqueta entallada: No más cortes oversized, relajados, sueltos o masculinos. La chaqueta o blazer de una mujer ejecutiva es entallada. Esto no quiero decir ajustada o apretada, sino una chaqueta que calce perfecto con tu cuerpo y silueta (mangas, hombros, etc)
2. “High Low Dressing” – Mezcla una pieza costosa, con otras más económicas: Olivia Palermo y Kate Middleton acostumbran a hacerlo, donde juegan mucho a utilizar carteras y zapatos de grandes firmas con prendas de retailers.
3. Mezcla estampados: Esta es sin duda una de las técnicas que requiere más atención ya que no es tan simple. El combinar prendas estampadas nos habla de una mujer con personalidad, segura de sí misma, punto de vista y que por supuesto no le teme a los riesgos y desafíos. Es la apuesta menos segura de todas, pero una vez que lo logras el resultado es fabuloso.
4. La cartera en “Power Colors”: Una cartera de diseñador en colores fuertes o algún diseño llamativo expresa tu personalidad, poder y confianza, pero de una forma más recatada y segura ya que es sólo en una pieza de tu look y no en el outfit completo. Una buena forma para las que están comenzando con el “arte” del Power Dressing.
5. Cortes adecuados a tu figura: Para sentirte realmente cómoda en tu cuerpo y silueta debes primero conocer tu tipo de cuerpo. No a todas les queda bien un vestido con forma de tubo o de cintura baja. Conocer tu tipología de cuerpo es clave para lucir las prendas con confianza. Aquí es donde siempre recomiendo a mis clientas el servicio de Style Advice ya que te permite conocer qué prendas y colores son para ti.
Por supuesto que piezas clave como el trench, los “pump” o stilettos negros, el pantalón largo de talle a la cintura y corte recto, el abrigo de lana y la cartera estructurada de cuero deben ser prendas indispensables en tu armario. La idea aquí es ir un paso más allá y añadir los nuevos elementos para pasar de un look profesional a llevar un vestuario que contribuya a reforzar tu posición. No olvides nunca que el vestuario es una poderosa estrategia y forma de comunicación: a través de él puedes atribuir a tu personalidad cualidades como; poder, influencia, flexibilidad, practicidad, seguridad, autoridad, entre otras.
Mi invitación es a que pienses en grande. No te pongas límites. Utiliza el vestuario, junto a tu encanto y personalidad como las mejores herramientas para que puedas proyectar y llegar a ser la mujer que siempre quisiste ser.