Maternidad: Los mejores cuentos de Navidad para compartir en Familia.

Con la llegada de la Navidad, algunas nos preocupamos por lo que podemos regalar al amigo secreto, a los niños o a nuestros padres, qué cocinaremos, cómo decoraremos nuestra casa, pero nos olvidamos de pensar en nuestra familia, en quienes más no necesitan y el significado profundo que le deberíamos dar a estas fiestas.

La Navidad no se puede reducir solo a los regalos. Las publicidades nos dan la idea equívoca del verdadero sentido de la Navidad. Comprar no está mal, pero el objetivo de estas fiestas no es ese, sino el de compartir en familia, estar con tus amigos, tus hermanos, tus seres queridos y para los que somos cristianos como yo, celebrar el  nacimiento del niño Jesús.

 

Entonces, ¿qué es lo que deberías hacer en estas fiestas?

 

Algo que hago siempre y me encanta es llevar a los niños a los villancicos, mostrarles vídeos del Nacimiento de niñito Jesús y leerles cuentos relacionados con la Navidad. Hoy les quiero recomendar cuentos muy lindos para que los lean en familia antes de abrir los regalitos.

 

 

 

 

Este cuento de Navidad fue escrito por Charles Dickens en 1843 y llevó el título original de Christmas Carol (cántico de Navidad) y cuenta la historia de un hombre malvado y huraño que cambia su forma de ser durante unas frías navidades debido a la visita de tres fantasmas.

Es un cuento navideño perfecto para educar a los niños en el valor de la amabilidad y la generosidad.

 

Cuento de Navidad para niños de Charles Dickens

 

Ebenezer Scrooge era un empresario y su único socio, Marley, había muerto. Scrooge era una persona mayor y sin amigos. Él vivía en su mundo, nada le agradaba y menos la Navidad, decía que eran paparruchas. Tenía una rutina donde hacía lo mismo todos los días: caminar por el mismo lugar sin que nadie se parara a saludarlo.

Era víspera de Navidad, todo el mundo estaba ocupado comprando regalos y preparando la cena navideña. Scrooge estaba en su despacho como siempre con la puerta abierta viendo a su escribiente, que pasaba unas cartas en limpio, y de repente llegó su sobrino deseándole felices navidades, pero este no lo recibió de una buena manera sino al contrario, su sobrino le invitó a pasar la noche de Navidad con ellos, pero él lo despreció diciendo que eso eran paparruchas. Su escribiente llamado Bob Cratchit seguía trabajando hasta tarde aunque era noche de Navidad, Scrooge le dijo un día después de Navidad tendría que llegar mas temprano de lo acostumbrado para reponer el día festivo.

Scrooge vivía en un edificio frío y lúgubre como él. Cuando ya restaba en su cuarto algo muy raro pasó: un fantasma se le apareció, no había duda de quien era ese espectro, no lo podía confundir, era su socio Jacobo Marley le dijo que estaba ahí para hacerlo recapacitar de cómo vivía porque ahora él tenía que sufrir por la vida que había tenido anteriormente. Le dijo que en las siguientes noches vendría 3 espíritus a visitarlo.

En la primera noche, el primer espíritu llegó, era el espíritu de las navidades pasadas, éste lo llevo al lugar donde él había crecido y le enseñó varios lugares y navidades pasadas, cuando él trabajaba en un una tienda de aprendiz; otra ocasión donde estaba en un cuarto muy sólo y triste y también le hace recordar a su hermana, a quien quería mucho.

A la segunda noche el esperaba al segundo espíritu. Hubo una luz muy grande que provenía del otro cuarto, Scrooge entro en él, las paredes eran verdes y había miles de platillos de comida y un gigante con una antorcha resplandeciente, era el espíritu de las navidades presentes. Ambos se transportaron al centro del pueblo donde se veía mucho movimiento: los locales abiertos y gente comprando cosas para la cena de Navidad. Después lo llevo a casa de Bob Cratchit y vio a su familia y lo felices que eran a pesar de que eran pobres y que su hijo, el pequeño Tim estaba enfermo. Finalmente lo lleva a la casa de su sobrino Fred donde vio como gozaban y disfrutaban todos de la noche de Navidad comiendo riendo y jugando. Después de esto regresó a su cuarto.

A la noche siguiente, esperaba al último espíritu, pero este era oscuro y nunca le llegó a ver la cara. Era el espíritu de las navidades futuras, quien le mostró en la calles que la gente hablaba que alguien se había muerto. Después lo llevó a un lugar donde estaban unas personas vendiendo las posesiones del señor que había muerto, y también le enseñó la casa de su empleado Bob donde pudo ver que su hijo menor había muerto y que todos estaban muy tristes. Por último, lo llevó a ver cadáver de este hombre que estaba en su cama tapado con una sabana, y al final, le descubrió quien era el señor que había muerto… Era él mismo, Ebenezer Scrooge.

Cuando el despertó se dio cuenta que todo había sido un sueño y que ese día era día de Navidad, se despertó con mucha alegría, le dijo a un muchacho que vio en la calle que fuera y comprara el pavo mas grande y que lo mandara a la casa de Bob Cratchit. Salió con sus mejores galas muy feliz porque podía cambiar y se dirigió a casa de su sobrino, al llegar lo saludó y le dijo que había ido a comer y estuvo con ellos pasándosela muy bien. Al día siguiente en la mañana le dio a su trabajador un aumento y desde entonces fue un buen hombre a quien todos querían. El hijo menor de Bob, el pequeño Tim, grita contento. ¡Y que Dios nos bendiga a todos!

Descubre si tu hijo ha entendido el cuento

La comprensión lectora es una de las bases del aprendizaje de la lectura en los niños.

Descubre si tus hijos han entendido el cuento a través de estas sencillas preguntas:

– ¿Quién era el primer fantasma que se apareció?

-¿Qué vió Mr. Scrooge en su futuro?

– ¿Por qué le visitaron los tres fantasmas de la Navidad?

– ¿Qué aprendió Mr. Scrooge de estas visitas?

 

 

Cuento de Navidad para niños: Nacimiento del Niño Jesús

Este cuento navideño para niños es un recurso ideal para leer con nuestros hijos y explicarles así cuál es el origen de la Navidad. En Guiainfantil.com hemos elaborado un cuento infantil que narra el nacimiento del Niño Jesús para que tus hijos puedan conocer la tradición cristiana de forma mucho más sencilla y comprensible para ellos.

Te proponemos que leáis en familia este cuento de Navidad sobre el nacimiento del Niño Jesús para que comprendan qué sucedió aquella noche del 24 de diciembre de hace muchos años.

 

 

Hace muchos, muchos años, Dios mandó al arcángel Gabriel a visitar a María, una dulce doncella judía. Gabriel tenía un mensaje para María: ‘Vas a tener un hijo y se llamará Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo y reinará para siempre’.

¿Cómo puede ser? – preguntó María – si no he he estado con ningún hombre. Y el arcángel le dijo que aquel niño era el hijo de Dios.

María estaba prometida con un carpintero, de nombre José, quien al principio no creyó la historia de María y el bebé que llevaba dentro. Sin embargo, el ángel se le apareció en sueños y le contó lo sucedido. Desde entonces, decidió estar al lado de María.

Era 24 de diciembre y María y, su marido, José iban camino de Belén tal y como había ordenado el emperador romano César Augusto. José iba caminando y María, a punto de dar a luz a su hijo, sentaba en un burro.

A su llegada a Belén, María y José buscaron un lugar para alojarse, pero llegaron demasiado tarde y todos los mesones estaban completos. Finalmente, un buen señor les prestó su establo para que pasaran la noche.

José juntó paja e hizo una cama para su esposa. Lo que ninguno de los dos imaginaba antes de trasladarse ese día a Belén es que ese era el momento del nacimiento del Niño Jesús.

 

Un cuento para niños sobre el origen de la Navidad

Y así nació el Niño Jesús, en un establo, y su madre, la Virgen María le colocó sobre un pesebre, el lugar donde se ponía la comida de los animales. Al caer la noche, en el cielo nació una estrella que iluminaba más que las demás y se situó encima del lugar donde estaba el niño.

Muy lejos de allí, en Oriente, tres sabios astrólogos llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, sabían que esa estrella significaba que un nuevo rey estaba a punto de nacer. Los tres sabios, a los que conocemos como Los Tres Reyes Magos, fueron siguiendo la brillante estrella hasta el pesebre de Belén para visitar a Jesús.

Cuando llegaron a su destino, Melchor, Gaspar y Baltasar buscaron el pesebre y le regalaron al Niño oro, incienso y mirra. Al poco de nacer, el rey Herodes, atemorizado por la noticia de que había nacido el hijo de Dios, mandó matar a todos los bebés. María y Jose huyeron a Egipto y volvieron tiempo después, cuando Herodes murió. Se instalaron en Nazaret y allí pasó su infancia Jesús.

Hoy en día, de la misma forma que Los Reyes de Oriente llevaron regalos a Jesús, la noche del 24 de diciembre Papá Noel, y la noche del 5 de enero los Reyes Magos, llevan regalos a todas las casas para conmemorar el nacimiento del Niño.

 

 

 

El cuento navideño del reno Rudolph

 

Rudolph o Rodolfo es el nombre de uno de los nueve renos que, según la mitología de Navidad, llevan el trineo de Papá Noel por el mundo para repartir los regalos de Navidad los niños. Es el reno más popular no solo porque es el último en unirse al trineo, pero también por su especial nariz roja. Su historia forma parte de las leyendas y cuentos de Navidad.

Reno Rudolph. Leyenda y cuento para niños

Érase una vez un reno llamado Rudolph que, por haber nacido con una curiosa y peculiar nariz roja, grande y brillante, caminaba solitario por el mundo. Los demás renos se burlaban de Rudolph todo el tiempo, con frases como ‘pareces un payaso’, ‘tienes una manzana en la nariz’… Rudolph se sentía muy avergonzado y cada día se alejaba más de la gente. Su familia sentía mucha pena por él.

Las bromas sobre la nariz de Rudolph eran tan molestas y constantes que Rudolph acabó apartándose de todos. Viva triste, encerrado en su casa, sumamente deprimido. Con el apoyo de sus padres, Rudolph decidió abandonar el pueblo adonde vivía y empezó a caminar sin rumbo durante días, meses, años…

Se acercaba la Navidad y Rudolph seguía solo por su camino. Pero una noche, en víspera navideña, en que las estrellas brillaban más que en otros días en el cielo, Papá Noel preparaba su trineo, como todos los años. Contaba y alineaba los 8 renos que tiran de su trineo para llevar regalos a todos los niños del mundo. Santa Claus ya tenía todo preparado cuando de repente una enorme y espesa niebla cubrió toda la tierra.

Desorientado y asustado, Papá Noel se preguntaba cómo lograrían volar el trineo si no conseguían ver nada. ¿Cómo encontrarían las chimeneas?, ¿Dónde dejarían los regalos? A lo lejos, Santa Claus vio una luz roja y brillante y empezó a seguirla con su trineo y renos. No conseguía saber de qué se trataba, pero a medida que se acercaban, llevaran una enorme sorpresa. ¡Era el reno Rudolph! Sorprendido y feliz, Papá Noel pidió a Rudolph que tirara él también de su trineo. El reno no podía creérselo. Lo aceptó enseguida y con su nariz iluminaba y guiaba a Santa por todas las casas con niños del mundo.

Y fue así como Papá Noel consiguió entregar todos los regalos en la noche de Navidad, gracias al esfuerzo y la colaboración del reno Rudolph. Sin su nariz roja, los niños estarían sin regalos hasta hoy. Rudolph se convirtió en el reno más querido y más admirado por todos. ¡Un verdadero héroe!

 

 

Cuento para que los niños valoren los regalos

En una pequeña ciudad había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar árboles de todos los tamaños, formas y colores. El dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad. Todos los niños de la ciudad querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar.

Cuento del árbol de Navidad

Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver a los niños y decididos a ser el elegido, les gritaban:¡A mí… a mí… mírame a mí¡ Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos.

¡A mí que soy grande!… ¡no, no a mí que soy gordito!… o ¡a mí que soy de chocolate!… o ¡a mí que puedo hablar!. Se oía en toda la tienda. Pasando los días, la tienda se fue quedando sin arbolitos y sólo se escuchaba la voz de un arbolito que decía: A mí, a mí… que soy el más chiquito.

A la tienda llegó, casi en vísperas de Navidad, una pareja muy elegante que quería comprar un arbolito.

El dueño de la tienda les informó que el único árbol de Navidad que le quedaba era uno muy pequeñito. Sin importarles el tamaño, la pareja decidió llevárselo.

El arbolito pequeño se alegró mucho pues, al fin, alguien lo iba a poder decorar para Navidad y podría participar en el concurso.

Al llegar a la casa donde vivía la pareja, el arbolito se sorprendió: ¿Cómo siendo tan pequeño, podré lucir ante tanta belleza y majestuosidad?.

Una vez que la pareja entra a la casa, comenzaron a llamar a la hija: ¡Regina!… ven… ¡hija!… te tenemos una sorpresa. El arbolito escuchó unas rápidas pisadas provenientes del piso de arriba.

Su corazoncito empezó a latir con fuerza. Estaba dichoso de poder hacer feliz a una linda niñita.

Al bajar la niña, el pequeño arbolito, se impresionó de la reacción de ésta: – ¡Esto es mi arbolito!… Yo quería un árbol grande, frondoso, enorme hasta el cielo para decorarlo con miles de luces y esferas. ¿Cómo voy a ganar el concurso con este arbolito enano? Dijo la niña entre llantos.

– Regina, era el único arbolito que quedaba en la tienda, le explicó su padre.

– ¡No lo quiero!…es horrendo… ¡no lo quiero!, gritaba furiosa la niña.

Los padres, desilusionados, tomaron al pequeño arbolito y lo llevaron de regreso a la tienda. El arbolito estaba triste porque la niña no lo había querido pero tenía la esperanza de que alguien vendría a por él y podrían decorarlo a tiempo para la Navidad. Unas horas más tarde, se escuchó que abrían la puerta de la tienda.

¡A mí… a mí… que soy el más chiquito. Gritaba el arbolito lleno de felicidad. Era una pareja robusta, de grandes cachetes colorados y manos enormes. El señor de la tienda les informó que el único árbol que le quedaba era aquel pequeñito de la ventana. La pareja tomó al arbolito y sin darle importancia a lo del tamaño, se marchó con él.

Cuando llegaron a casa, el arbolito vio como salían a su encuentro dos niños gordos que gritaban: ¿Lo encontraste papi?… ¿Es cómo te lo pedimos mami? Al bajar los padres del coche, los niños se le fueron encima al pequeño arbolito.

¿Y que pasó después? Acaben la historia.Consulten a la familia…