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Se tiende a pensar que el “mundo de la imagen” está más ligado a lo superficial y a la forma más que al fondo o a la esencia. Y la verdad es que la imagen personal está estrechamente ligada a la autoestima – entendiéndola como la valoración que hacemos de nosotros mismos – y de hecho está demostrado que la insatisfacción con nuestra imagen física está profundamente relacionada con una autoestima baja.
Al igual que ser positiva, optimista y quererse a uno misma, trabajar para tener una buena imagen, también puede ser clave para conseguir el nivel de autoestima que deseamos y que nos hace ser felices. Esto siempre se refleja en una mejor calidad de vida y bienestar personal y es el enfoque que me caracteriza en cada uno de los servicios que entrego.
Es importante no olvidar que la imagen personal es el primer reflejo físico de nuestra personalidad, la primera instancia de comunicación sobre nosotros y está relacionada íntimamente con nuestra autoestima y con lo que significamos para nosotros mismos.
De ahí que trabajar de manera correcta nuestra imagen personal se traduce siempre en un cambio interno muy enriquecedor que va acompañado a su vez de una mejor gestión de nuestra imagen.
No se trata de cambiar radicalmente tu aspecto, sino de mejorarlo. Se trata de valorar nuestro cuerpo por todo lo que nos permite, más que resignarse con él. Y cuando nos conectamos desde el comienzo con el agradecimiento y la gratitud te aseguro que no hay vuelta atrás.
Es un trabajo profundo que implica abarcar ambos planos: interior y exterior y cuando se enfoca desde esa arista se deja 100% de lado cualquier vínculo con la superficialidad.
El aspecto físico es solo un componente de tu imagen, tenlo presente, pero sentirte cómoda con él, con la imagen personal que proyectas, es también importante, todas las piezas forman un todo y para alimentar tu autoestima puedes también tocar esta pieza.
¡Trabaja en mejorar tu imagen, yo te ayudo!
Un Coach de Imagen – a diferencia de un Asesor de Imagen – combina varios factores importantes: una vertiente psicológica lo cuál es clave para que los cambios sean sustentables, a largo plazo y sobre todo te hagan un profundo sentido, una conciencia corporal o imagen que tenemos de nosotros mismos y una proyección o imagen que damos hacia el exterior.
Al ser Psicóloga y Coach de Imagen personal le doy el trasfondo para hacer de este proceso una experiencia enriquecedora que a la vez se traduzca en sacar a relucir y destacar lo mejor de ti
Verse bien y sentirse bien, tanto interna como externamente, es un trabajo personal que viene acompañado siempre de una valoración personal.
¿Por qué es tan importante la imagen?
Porque nadie puede evitar proyectar una imagen
El vestuario: ¡Nuestro gran aliado!
Definitivamente cada día podemos reforzarnos cuidándonos y sintiéndonos mejor por fuera. Por supuesto que también hay que trabajar nuestro interior, pero lo importante aquí es entender que somos una tríada (mente-cuerpo-alma)n y no debemos olvidar de ninguna de las partes que nos componen.
El cuerpo, en esta figura siempre aparece visto como el área más débil o banal otorgándosele más peso al área de la mente o el espíritu. No obstante aquí lo importante es entender que las 3 áreas nos componen y definen como seres humanos y que no podemos olvidarnos del cuerpo a la hora de querer potenciar lo mejor de nosotras.
Aquí el vestuario juega un rol clave. Todas las siluetas lucen muy bien con la ropa adecuada, por eso hay que sacarle partido a las prendas de vestir. La ropa consigue ponernos en un estado determinado de inmediato, tiene el poder de transformar nuestro aspecto en segundos, dime ¿Conoces algo que logre lo mismo tan rápidamente? Esta imagen arreglada de ti misma, pese a no tener el cuerpo que te gustaría es el impulso que necesitas para empezar a cuidarte y a pensar más en ti.
Vivimos en una cultura en la que la imagen es un factor muy importante. Tanto, que está estrechamente relacionado con la valía personal y se ha convertido en símbolo de éxito. Pero honestamente es mucho más que eso, nuestra imagen debe proyectar quienes somos y atraer hacia nuestra vida aquello que deseamos.