Es un tema transversal que nos afecta a todas, independiente de la talla o el peso: La incomoda sensación de hinchazón abdominal. Al parecer es un tema que va más allá de la comida, ya que te puedes haber comido una ensaladita con pollo, lechuga y quínoa – o sea más saludable imposible – y a los minutos te sientes súper hinchada!
Hoy quiero compartir con ustedes 5 hábitos que a mí me han funcionando y nos permiten sentirnos más ligeras y por súper menos inflamadas.
1. Consume bebidas con gas esporádicamente y hazte amiga de las infusiones:
Las bebidas gaseosas son las causantes de la mayor parte de tu hinchazón, así que deberías despedirte de ellas, al menos durante un tiempo. En su lugar, apuesta por el té verde, manzanilla o anís. Todas estas hierbas “digestivas” deshacen los gases, activan el metabolismo y ayudan a drenar el organismo.
2. Hazte adicta a estos alimentos.
El consumo de verduras va más allá de ensaladas de lechuga o tomate. Es conocido que verduras como el apio, zanahoria, limón, espárrago y pepino tienen propiedades diuréticas y depurativas de manera que la hinchazón desciende considerablemente.
3. La respiración también cuenta.
Aunque no lo creas, ser consciente de tu respiración te ayudará reducir el estrés y el nerviosismo, factores que conducen a la hiperventilación y a tomar aire por la boca, lo que, contribuye a la hinchazón. Meditar al menos 10 minutos al día y ser más conscientes de nuestra respiración hará la diferencia.
4. Mastica bien.
Seguro que te lo han dicho mil veces, pero tu ritmo de vida no siempre te lo permite. Estudios indican que deberíamos masticar 40 veces antes de tragar. Sí, 40. Suena demasiado, pero puedes empezar por contar cuántas veces lo haces normalmente e intentar subir el número poco a poco. De este modo absorberás mejor los nutrientes y facilitarás la digestión.
5. Agrega más agua.
No hay mejor drenante que el agua, ya que elimina toxinas y todo lo que el cuerpo no necesita y, que provocan desde mal aliento hasta la molesta inflamación. Los especialistas sugieren consumir dos litros de agua al día, pero si necesitas más, ¡no te limites!
¿Empezamos?