“No existe en la vida, cariño y ternura mas desinteresada que el de una madre”.
Hace casi 3 años que tengo el honor de ser madre. Y sin duda alguna es uno de los regalos más grandes que la vida te puede dar. Es por lejos la experiencia más gratificante de mi vida y mi mayor fuente de alegría. A mis 31 años disfruto mucho siendo mamá de dos niños preciosos, Dominga de 2 años y medio y Mateo de sólo 10 meses.
El ser madre me ha hecho replantearme muchas cosas. Y una de ellas fue la distribución de mi tiempo. Uno tiene que aprender a ser muy ordenada, a priorizar y sobre todo a decir que no. Con el tiempo simplemente me di cuenta que hay que “parar”, no podemos hacerlo todo ni pretender ser las mejores en cada cosa que hagamos. Personalmente creo que en la vida es tan importante hacer las cosas que realmente te gusten y te llenen, y para mí poder estar cerca de mis hijos y mi familia lo es todo. De hecho, es el rol que más plena me hace. De ahí que haya decidido tomar un paso al costado después de casi 7 años del mundo corporativo en una compañía multinacional y toda la demanda que significa trabajar como Psicóloga Laboral en un cargo gerencial, ya que deseaba con ansias poder tener más tiempo libre para ellos. Y honestamente si hay algo que puedo reconocer, es que ahora soy más feliz. Manejo mi agenda entre ustedes mis lectoras y queridas clientas a través de la Asesoría y Consultoría de Imagen, todo el contenido para mi sitio Effortless Chic, mis colaboraciones como columnista en las revistas y, lo más importante; mi familia. Son decisiones que uno toma en la vida y que por supuesto no son fáciles, pero son necesarias y les aseguro que valen la pena.
El ser mamá te despierta una sensibilidad distinta, que sólo las madres o quienes jueguen este rol pueden entender. Ahora soy capaz de tomarle el peso a cosas que para mí antes eran prácticamente incomprensibles. Si bien la empatía siempre ayuda mucho, hay ciertas cosas en la vida que cuando te pasan ahí realmente las comprendes… Y con la maternidad pasa mucho eso. Hoy me atrevo a decir que admiro mucho más a mi madre y por supuesto le encuentro más sentido a todo lo que hacía y hoy más que nunca puedo entender la angustia que ella sentía cuando me enfermaba o cuando salía a una fiesta con mis amigas un sábado por la noche… El ser mamás es un acto de amor incondicional, entrega y compromiso para toda la vida.
Gracias a todas las madres por enseñarnos a ser madres. Por entregarnos siempre las mejores recomendaciones y transmitir sus aprendizajes y experiencias sólo por amor. Porque quien más te quiere es quien te entrega los mejores consejos de vida, muy feliz día a todas las mamás!
Con cariño, María Paz