Omnipotente, es la primera palabra que se me viene a la mente al querer referirme a la primera y única tienda de la diseñadora Victoria Beckham, V de Victoria.
Ubicada en el 36 de Dover Street, en el barrio de Mayfair, en Londres, tuve el honor de poder ir a la tienda y concertar una cita especial para conocer de cerca el servicio y sólo puedo decirles que la experiencia – sí, experiencia – de haber estado dentro de la tienda, atendida por vendedores especialistas en moda y en un lugar que te transporta hacia otro mundo, fue sin duda algo interesante de poder compartir y de lo que estamos muy poco acostumbrados a encontrar.
El espacio va más allá de ser una convencional tienda. El diseño a cargo de la arquitecta Farshid Moussari, consiste en lo simple y minimalista. Ubicada en un clásico edificio de este tradicional barrio, consta de más de 650 metros cuadrados repartidos en tres pisos.
En la vitrina no hay escaparates, perchas ni maniquíes, sino una enorme vidriera y una puerta corredera de color gris oscuro de concreto que se abre automáticamente cuando el guardia presiona un botón de un minúsculo control remoto que tiene en su mano. La puerta permanece siempre cerrada, y él es el encargado de abrir y cerrarla a medida que van ingresando o saliendo los clientes. Al comienzo resulta un poco intimidante, no obstante al entrar un suave olor a jazmín y verbena y música más bien fuerte te hacen sentir de inmediato más cómoda e invitan al relajo y distensión. A su vez el contraste de la madera de nogal con el concreto, le dan un aire más acogedor.
En el interior la sensación es de “grandeza”. Lo primero que ves es una enorme escalera de hormigón pulido que podría ser perfectamente una escultura en sí. La ropa y los accesorios se exponen (no se amontonan) como una instalación de arte basada en las geometrías. El espacio entre cada prenda es superior a los 15 cms. y sinceramente da la sensación que son piezas de diseño en un museo de colección. Las prendas sí eran reflejan su estilo: Vestidos elegantes, minimalistas y pequeños en blanco, negro, rojo y algunos pocos con lunares. Parecían incluso demasiado pequeños para sus enormes y pesadas perchas de madera. Los precios de esos vestidos empiezan en los 500 pounds (Sobre los $500.000 pesos)
Algo absolutamente novedoso es que a la hora de pagar, no hay cajas, sino que los vendedores llevan un iPad que te permite pagar en cualquiera de los dos pisos y con máquinas portátiles para pago con tarjeta o efectivo. El sótano está reservado a celebridades, exposiciones o “nuevas oportunidades”, tal como comentó el jefe de la tienda de Victoria.
No hay letreros indicativos en ninguna parte, excepto los extintores de fuego en un rincón por medidas de seguridad, junto a los probadores, que son cómodos y elegantes, con espacio suficiente para entrar con los niños y que esperen ahí dentro mientras uno se prueba la ropa – clásico problema al que todas las madres nos vemos enfrentada si es que andamos con coches o niños pequeños -.
Sin duda un lugar único, que recomiendo visitar a las amantes de la moda y el diseño ya que refleja con absoluta fidelidad la reinvención y el sofisticado gusto de la ex Spice Girl que hoy es todo un referente en cuanto a moda y estilo.