Tu apariencia habla de ti, es inevitable. Con esto no quiero hacer un juicio de valor y poner al aspecto personal por sobre las características de personalidad o valores de una persona, sino que sólo me refiero a que lo primero que una persona ve de otra es la apariencia física. Suena obvio, no obstante no siempre se le toma el peso que debería o muchas veces esto que pareciera ser tan evidente o tan superficial que se pasa por alto.
Un área donde lo anterior adquiere gran relevancia, es en el trabajo. Por lo general las mujeres que están insertas en el mundo laboral no sólo buscan verse bien con su vestuario, sino que también quieren transmitir algunas cualidades valoradas en este ámbito para proyectar una mejor imagen, por ejemplo las más recurrentes son credibilidad, seguridad, confianza, autoridad, entre otras. Esto incluso pasa a ser tan relevante que he sido testigo como algunas mujeres al mejorar la imagen que proyectan laboralmente, han sido promovidas o ascendidas en sus trabajos. Es un hecho, y en el mundo corporativo proyectar estas cualidades tiene mucho peso. Te lo digo tanto desde mi rol como Psicóloga que se desempeñó muchos años en el departamento de Recursos Humanos como Gerente de Desarrollo y Talento para el Cono Sur de una compañía multinacional y también como Consultora y Coach de Imagen, por tanto conozco bien este tema y muchas de mis cliemtas son ejecutivas de empresas.
Una buena imagen abre muchas puertas y crea nuevas oportunidades. No es magia, es sólo tomar consciencia que nuestra conducta no verbal habla fuerte por nosotros y que con algunos tips podemos proyectar más confianza, seguridad y autoridad en nuestros trabajos. Actitud, vestuario y lenguaje corporal son las 3 claves!
Aquí te dejo algunos simples tips que te ayudarán a mejorar tu imagen en el trabajo:
– Make up: El maquillaje y tu pelo pueden ayudarte a proyectar una buena imagen profesional. Te aconsejo que optes por un estilo de maquillaje sutil y clásico, la frase “menos es más” aplica siempre y en cuanto al pelo, prefiere estilos de peinado simples, pero bien hechos. Si llevas el pelo suelto, que luzca peinado, si te haces una cola de caballo, que se vea prolija. Tonos rosados u otros tonos de fantasía déjalos sólo para el fin de semana. En el trabajo debes optar por un look más bien serio y corporativo (a no ser que trabajes en otro rubro y busques proyectar otras cualidades). Uñas sobrias y por supuesto, impecables. No se trata de andar de “peluquería”, sino de lucir lo suficientemente ordenadas.
– Vestuario: Hay algunas prendas que te ayudan a proyectar seguridad y más autoridad; por ejemplo camisas y blazers con cuellos estructurados, prendas con siluetas rectas o entalladas a la perfección en tu cuerpo, el traje dos piezas de corte recto, pero ceñido (no oversized, pero tampoco apretado), puños grandes, cuadrados. Los accesorios también tienen un rol importante, un bolso rectangular o lentes ópticos también hacen ver un look más profesional. Si lo que buscas es proyectar poder los colores lisos proyectan más poder que las prendas con patrones como rayas o cuadros, que comunican accesibilidad.
Qué evitar? Faldas tipo mini, demasiado cortas o ajustadas, escotes muy pronunciados o transparencias, vestidos estilo solera de playa, look desgarbado, mucho accesorio (pulseras ruidosas, collares, aros grandes y anillos que desvíen la atención) y, en general, cualquier prenda que no te ayude a proyectar una imagen de profesionalismo en tu lugar de trabajo.
Es clave identificar los colores que que van mejor con tu color de piel – Puedes revisar mi post “Cuáles son los colores que más te favorecen“, de lo contrario siempre digo “el ojo se deleita al observar la armonía de los colores”, por tanto busca aquellos colores que te provoquen esa armonía. Lo vas a notar de inmediato poniendo el color cerca de tu cara.
En lo que respecta a vestuario y maquillaje no olviden que la clave es lograr el equilibrio. No se trata de disfrazarnos, sino de pensar en un estilo profesional, basado en una identidad propia, acorde a las competencias que quieres transmitir como fortalezas profesionales, además del estilo o look propio.
– La voz: Es un factor clave. Es muy importante que el tono de voz que utilices para dirigirte a tus compañeros y superiores sea lo suficientemente alto como para que todos te escuchen claro en una sala de reuniones pero no tan alto como para que te escuchen en los pasillos u otras oficinas. Nunca grites, los gritos son la proyección de la inseguridad y finalmente evita dirigirte a los demás con apodos o palabras poco formales. Si tu voz es muy aguda, toma conciencia de ello y regula el tono de tu voz.
– El saludo: Te aconsejo que siempre mires a los ojos a quien saludes y, en general, a cualquiera que se dirija a ti. Sostener la mirada es siempre un signo de confianza en ti misma que irradia seguridad. Si por motivos culturales vas a saludar con la mano, que sea un apretón firme. Te aconsejo que además te apoyes mucho en el lenguaje corporal, evita cruzar los brazos o posarlos en la cintura y fruncir el ceño. Muéstrate siempre abierta al diálogo pero con una actitud seria y profesional. Y por favor, deja el celular a un lado. Nada peor que cuando te están presentando a alguien, el otro está más enfocado en el teléfono que en la conversación.
En definitiva, la importancia de mantener una buena imagen personal, radica en que será esta la guía que conducirá a una correcta imagen profesional. Está comprobado que una persona que proyecta habilidades de liderazgo y seguridad, combinadas con una buena presencia, logra cautivar a sus colaboradores y, por ende, lograr las metas y objetivos que se proponga.
Aunque no se es consciente, todos proyectan su personalidad a través de la imagen que ofrecen al exterior.
Aquí una selección de algunos looks que te servirán de inspiración
No te olvides nunca: Haz de tu imagen una herramienta potente de cambio. Y una frase bastante graciosa, pero que no deja de ser algo cierta… “Vístete como manager y te tratarán como tal”.
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