Todas las conocemos y casi la mitad de nosotras creamos una lista con una serie propia. Se trata de las resoluciones de Año Nuevo que, año tras año, nos acompañan como un rito infaltable igual que el abrazo de media noche, las 12 uvas o el brindis con champaña. Pero, a diferencia de todas esas cábalas que prometen suerte y prosperidad para el año que comienza, las metas que nos planteamos a partir del primer día del 2023 requieren de trabajo y esfuerzo. Y, precisamente por eso, para muchas, pasadas algunas semanas, esas resoluciones de Año Nuevo ya están fallando.
Se estima que cerca de un 40% de las personas establece resoluciones y objetivos para el Año Nuevo. En otras palabras, casi la mitad de la población inició el 2023 con al menos una intención positiva y con la actitud de mejorar se calidad de vida o trabajar sí mismos.
Sin embargo, los estudios muestran que, la mayoría de esas resoluciones de Año Nuevo no sobreviven enero. Y solo un 20% logra superar el mes de febrero. En este punto del año, la casi todas las resoluciones de Año Nuevo están fallando por muy bien intencionadas que hayan sido y a pesar de lo comprometidos que hayamos estado al partir el primer día de enero.
¿Por qué siempre fallo?
Algunas de las resoluciones de Año Nuevo más comunes tienen que ver con el aspecto y la salud física. Por ejemplo, muchas mujeres se plantean como objetivo bajar de peso, hacer más ejercicio o comer sano. Todas son iniciativas muy positivas pero demasiado ambiguas y difíciles de abarcar. Los objetivos y metas en general, debemos entenderlos como un proceso de cambio, que de desarrolla en etapas y que no es linear. No ocurre de un día a otro y habrán tropiezos en el camino.
En un estudio liderado por científicos de la Universidad de Scranton en Estados Unidos examinó los intentos de modificar la conducta de miles de personas a partir de resoluciones de Año Nuevo. La investigación mostró que, si bien la mayoría no lograba mantener sus decretos pasadas las dos primeras semanas de enero, los que sí lograban cambios en el largo plazo —dos años o más— eran quienes lograban seguir adelante después de tropezar o tener recaídas. En promedio, los sujetos del estudio que fueron exitosos en las resoluciones y el cambio, cometían errores y fallaban cerca de 14 veces.
¿Cómo cambiar?
En su libro Cómo cambiar: la ciencia de llegar desde dónde estás hacia dónde quieres ir, la autora y científica especialista en psicología del comportamiento Kathy Milkman, comparte sus mejores tips para establecer resoluciones de Año Nuevo eficientes y efectivas. Además entrega una guía gratuita y descargable para dirigir de forma sencilla el proceso de plantearnos nuevas meta o re estructurar aquellas que ya estábamos trabajando y que comenzaron a fallar.
1. Haz un plan con un orden establecido
Si te propones comenzar un diario de gratitud y escribir 3 agradecimientos todos los días cuando tengas tiempo libre, lo más probable es que te acuerdes al principio. Con el paso del tiempo y, a medida que la vida se vuelva ajetreada, será cada vez más difícil recordar. Por eso, establece un momento fijo para esta nueva tarea y que se convierta en parte de tu rutina. Por ejemplo, tres agradecimientos pueden ser la primera actividad después de volver del trabajo o antes de dormir.
2. El cambio debe ser agradable
Si tu objetivo es mejorar la alimentación debe ser con productos y recetas que disfrutes. Puede ser tentador hacer cambios drásticos y convertirte en el ideal de mujer saludable pero eso solo conduce al fracaso en el mediano plazo. Perseguir resultados rápidos es precisamente lo que debemos evitar porque las metas son procesos que toman tiempo. La paciencia y la resiliencia son las claves para llegar al destino y disfrutar del proceso es lo que hace posible mantenernos en el camino que elegimos.
3. Dale espacio a las emergencias
Tal como señalaba el estudio de la Universidad de Scranton en Estados Unidos, los que tienen éxito y mantienen sus resoluciones de por vida, son aquellos que fallan. Parece contradictorio pero, para ganar hay que caer y ser capaces de ponernos de pie. Si nuestro objetivo es ejercitar más y nos inscribimos en clases 3 veces a la semana pero no cumplimos con esa meta en alguna oportunidad, el peor error sería abandonar. Debemos dejar espacio para los errores y seguir adelante para lograr cambios permanentes.
Recuerda que, si bien el Año Nuevo ya pasó, y quizás tus resoluciones ya quedaron abandonadas, no es tarde para retomar. La ciencia muestra que hitos como el comienzo de un nuevo año, un cumpleaños o un día lunes efectivamente nos predisponen a tener una actitud más abierta a los cambios pero no son determinantes. Si quieres mejorar tu vida hoy es el día.
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